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viernes, 7 de agosto de 2020

AJUSTICIAMIENTO EN LA PALABRA: CONTRA EL YANACONA WARNKEN DESDE LA ESCENA DEL CRIMEN

    


    Hemos estado bastante tiempo en silencio, entre la luz y la sombra de nuestra tatucera. Ahí, en la calma que nos concede la oscuridad, hemos estado planeando la destrucción completa del sistemamundo capitalista. En este momento álgido, la quietud subterránea se ha visto alterada. Desde el exterior llegan los desesperados alaridos de una bestia siniestra, que debe ser ajusticiada. Esto nos ha llevado a abandonar nuestro agujero, actuar contra la felonía y declarar:

    Desde hace un tiempo que la actitud que ha adoptado el sapo Warnken en el escenario público se escucha como el aleteo de un mosquito. Para nosotros, desde La Belleza de Pensar, él no es más que un acomodado de clase, un poeta de cartón que se enriquece con la literatura. No compramos su actitud de intelectual de televisión, ni su falsa imagen de promotor de la lectura. Después del Estallido Social, tuvimos que soportar ese asqueroso llanto mediático en el que suplicaba por la paz y el diálogo, exhibiendo todo el miedo y la desesperación de su clase. Ahora, en medio de esta pandemia que ha mostrado la verdadera cara de los cerdos, recrea lo peor de ese talk show de la alta cultura y nos intenta vender la sensibilidad de los reptiles que están en el poder.

    Poeta menor del collage burgués, contó con el privilegio de ser sobrino de Enrique Lihn, poeta trascendental y uno de los máximos críticos del arte y la cultura en Chile.  Vinculado por mérito familiar al canon de la poesía chilena, el yanacona Warnken creyó ser parte de una tradición literaria y artística - a la que no le rosa ni los callos-, apostando por la vida peligrosa desde la comodidad de su clase. Quiso ser intérprete de quienes realmente asomaron su cabeza al fenómeno poético chileno y terminó dando bramidos de ciervo cortesano y balbuceos de chaman confundido ante el poder del dinero.

    "Al padre de Jack Lamota, para que vuelva al lugar del crimen" es el mantra que resuena en la cabeza del Yanacona y lo perseguirá como una condena hasta la eternidad. Las palabras fueron escritas por Bolaño cuando le autografió uno de sus libros, enrostrándole su lejanía con el riesgo que se corre con la poesía y con la dignidad rebelde. Pero el Yanacona ya había elegido su camino, ahí estaba seguro, empachado de comodidad y complacencia.



    Hoy que caen los velos negros del poder y sus figuras esperpénticas se muestran impúdicas ante el pueblo, el Yanacona cree poder actuar impunemente desde su púlpito de entrevistador. Pero ya no tiene la burbuja atemporal y descontextualizada que era su programa televisivo. Hoy el yanacona Warnken entrevista con logo de ICARE a los Sátrapas que gobiernan Chile y se hace cómplice de Víctor Pérez Varela, partícipe civil de la dictadura de Pinochet y ministro del interior de un gobierno reducido a escoria. Quien con sus dichos y omisiones avala cobardes ataques racistas contra hermanos del pueblo nación mapuche.

    Es por eso que nosotros, lectores extremistas de la poesía chilena, creemos urgente la necesidad de aniquilar la deplorable figura de esta rata disfrazada de intelectual, arrancarla para siempre de la esclerótica tradición literaria y relegarla al espacio que, desde la inspiración de su primer verso, estaba destinado a habitar: el asco y el olvido. Porque no alcanzó a ser más que el sobrinito mimado de la gran figura colosal del rabioso Lihn, porque se cagó de miedo cuando vio la fuerza de las grandes masas inundando las calles de nuestras ciudades, porque intentó escribir poesía y solo encontró un cuarto oscuro por donde pasaron las más majestuosas almas que habitaron esta tierra, porque creyó haber leído bien a la Mistral, porque intentó bordear la espléndida obra del silencioso Teiller y descubrió un precipicio que solo conducía hacia su cobardía, porque creyó ser el sabio del pueblo, porque creyó que con su luz iluminó a esta nación perdida en la oscuridad de su ignorancia, porque llamó al diálogo en momentos de guerra, porque ya ha mostrado su verdadero rostro, porque es un yanacona extraviado en la incongruencia de su traición, creemos necesario acribillar en la palabra al sapo Warnken.

    Nunca comprendimos esa contemplación litúrgica que hacía de la poesía el Yanacona, para nosotros la literatura tiene que estar manchada de suciedad y hambre. Es por eso que este es un llamamiento a nuestrxs hermanxs poetas - a los de acá, a los que sobrevivimos entre  larvas - a utilizar la poesía como un dispositivo de ajusticiamiento en contra de esta bestia traicionera. Es la palabra, espejo del silencio y la noche, el utensilio fundamental para desmembrar poco a poco a esta oveja del poder, hasta reducirla a la infinidad pura de lo ridículo. Queremos ver caer su cabeza desde las alturas del Olimpo, esperar con ansias el impacto y disfrutar el estallido de carne, sangre y huesos cuando toque la tierra de los desposeídos. En ustedes, oh hermanxs poetas, son los únicos en los que confiamos para mortificar la inmunda alma del traidor.

    Que el ímpetu de la Stella, quien cargaba en su brazo izquierdo con la Muerte-Muerte, guíe nuestro camino en esta encrucijada de venganzas.

    El enemigo es el sapo Warnken.

    La poesía es nuestra mejor arma para acribillar bastardos.


Grupo de Terrorismo Patrimonial

TATUCERAS  CREW

lunes, 25 de noviembre de 2019

REESCRIBIR LA CIUDAD


“Tal como están las cosas, ya hay unos que ganan y otros que pierden, y si hay un hecho que toda esa retórica pacifista omite con toda comodidad, es que el planeta ya está perdiendo. Olvidan con demasiada facilidad que cuando el planeta pierde, todos perdemos y que en todo caso no puedes hacer las paces con una cultura que está intentando devorarte.”
Derrick Jensen


El hallazgo de un fósil con más de 66 millones de años de existencia, encontrado entre los restos de una batalla coyhaiquina, es la nota freak más significativa de esta rebelión contra el Neoliberalismo. Una rebelión porque el denominador común es el enfrentamiento contra la autoridad que sostiene el sistema económico: Policial, política y cultural. Un fósil usado como arma arrojadiza, lanzada por la mano de la historia, nos indica que debemos salvaguardar la memoria futura de este proceso. Ya no reformar, reinterpretar o reescribir nuestro país sino refundarlo. Debemos entender que la caída de estatuas de personajes de la historia de Chile, de los memoriales a los próceres de la dictadura, de las iglesias cómplices y de los símbolos edificantes de la Patria como la conocíamos hasta ahora, no es azarosa. Tengo la compulsión de decir qué se debería quemar y qué no, pero no lo haré. Los actos de habla se han convertido en acción directa. Pedro de Valdivia, Diego Portales y Dagoberto Godoy han sido decapitados en Temuco y lanzados a los pies de la estatua de Lautaro, que permanece incólume. En Collipulli, Cornelio Saavedra –el  “pacificador” de la Araucanía- fue destruido, al igual que la escultura de José Menéndez en Punta Arenas. En Arica, el monumento a Cristóbal Colón donado por inmigrantes italianos en 1910, también cayó. En la Serena, el monumento a Francisco de Aguirre fue reemplazado transitoriamente por el de Milanka, la mujer Diaguita. Un centenar de monumentos nacionales a lo largo del país han desaparecido.



Todo comenzó en Santiago. La violencia urbana es una consecuencia de la automatización y pérdida del tacto en las ciudades con pretensiones primermundistas.  La refundación de la Plaza Baquedano o Italia como “Plaza de la Dignidad” fue un hecho trascendental. El monumento del General Baquedano, soldado invicto de la Guerra del Pacífico, fue echado abajo luego de 91 años. Sacrificio necesario para el parto de este nuevo Chile. El metro de Santiago, símbolo del progreso chileno y patrimonio del milagro económico, está en ruinas, al igual que el memorial a Jaime Guzmán o los cañones de Maipú.   

En nuestra ciudad, San Antonio de Padua luce consignas esperando que un mejor artista lo baje, el Arturo Prat de la Gobernación perdió los ojos y Hernán Merino fue arrastrado como cajero frente a la Comisaria de Barrancas. Si Tejas Verdes no se ha convertido en un museo de sitio aún, los care-polera quemaron un camión como recordatorio. El puente de Lo Gallardo fue convertido en campo de batalla y los habitantes de las Rocas de Santo Domingo sintieron el temor de esta invasión alienígena contra sus privilegios. En el nuevo acceso luce un mural de la población San Pedro y la principal arteria de Barrancas está plagada de poesía lumpen. Si pudiese adjudicarme algún atentado simbólico sería el cartel de la Pepa Hoffman en la sede de la UDI. Su cara plástica se desplomó de un momento a otro, pero no fui yo, fue un encapuchado.

La ciudad es un conjunto de signos que cualquier analfabeto puede interpretar. Esa es su garantía, la lectura cotidiana a través de la experiencia de habitarla. Tengo la impresión de que una de las soluciones menos discutidas pero más efectivas para esta crisis es el rediseño de las ciudades. Me interesan las historias del cambio de la rutina proletaria, las nuevas rutas de acceso a la ciudad, el instinto de conducir sin semáforos, la repartición de los saqueos en el extrarradio, los relatos colectivos desde la barricada. Celebraré los nuevos murales que vendrán y las liturgias en animitas para nuestros caídos, encendidas con velas y neumáticos. 
  Creo en esta nueva épica que el gobierno viste de antipatriotismo pero que es exactamente lo contrario. Nunca nos habíamos sentido tan chilenos. Aplaudo el retorno simbólico a los guerreros que lucharon contra los colonizadores y la creación de nuevos héroes codificados en lenguaje memético, paródico y humano. La bandera chilena carbonizada, el matapacos como escudo nacional y “Un violador en tu camino” como nuevo himno nacional son representativos de esta crisis y amenazan con trascender porque es improbable una salida institucional a esta crisis. Y quizás es innecesaria. Una crisis como un llamamiento a los escritores de la urbe –fotógrafos, raperos, graffiteros o artistas ambulantes- a relacionarnos directamente con las contradicciones de la vida bajo el prisma de la competencia. Un llamado a construir una justicia simbólica que cierre la interminable transición política de nuestro país.

lunes, 19 de febrero de 2018

EL ÚLTIMO ESCRITOR ANALÓGICO

 Ahora que la poesía se puso de moda salen los parrásitos y se hacen un festín. El día en que murió Parra me desayuné con el deceso en Puerto Montt, mientras la radio anunciaba el gabinete de Piñera. Este pidió un minuto de silencio por Nicanor Parraguez, hijo ilustre de Loncoche, zapatero, muerto hace muchos años. Un mal chiste de Piñera. El antipoeta muere a los 103 y la gerontocracia chilena, nos trae a los mismos viejos en ministerios añejos. Paradójico. La democracia funciona pero le hace falta aceite.

La ciudad de Puerto Montt ha mejorado su semblante. La recordaba mas sombría. Quizás era yo el que estaba más triste.  Tiene 4 colinas que suben progresivamente desde la costa al cerro, como Valpo pero mas pequeño (y sin pichí ni poetas). Pero la crudeza del puerto se conserva en toda la costa chilena. Uno de sus miradores más enigmáticos "Paola Vega" lleva el nombre de una profesora asesinada el 2014 luego de un robo realizado por un joven antisocial analfabeto, condenado a cadena perpetua. Para el mochilero y el delincuente la necesidad tiene cara de hereje. Acá, a diferencia de Chiloé, han cedido su espacio natural hacia una modernidad poco armónica. Han exportado costaneras centers para que la gente se siga arrojando al vacío, para ocultar la belleza de su costa bajo una alfombra de concreto. En el archipiélago chilote pelearon casi 3 años por un mall de madera y lo consiguieron. Una batalla ganada en esta guerra del progreso.

Finalmente desde Quellón me vine a Puerto Cisnes. A lo choro, a lo Chono. Un navío de más de 12 horas. La sensación de estancamiento en pleno mar, sin tierra a la vista, tras mucho tiempo de viaje, me desespera. Pienso en los españoles y su locura en el centro del océano antes de descubrirnos. De inventar América. Llego a la costa y descubro el lugar. Más bien invento una manera de sobrevivir esa noche.
Hoy recorrí un camping y conocí a un escritor joven. Dice no tener pretensiones literarias. Dice escribir su camino de autoconocimiento. Me pregunto si conocerá la Obra de Parra.

martes, 14 de febrero de 2017

Rituales del fin del mundo

 “You can't dismiss this sick transmission huffs your brain
Exhale your will and forget I ever knew you”

No love- Death grips

La inexactitud consiste en que yo no dije, como usted ha entendido, que los hombres extraordinarios están autorizados a cometer toda clase de actos criminales. Sin duda, un artículo que sostuviera semejante tesis no se habría podido publicar. Lo que yo insinué fue tan sólo que el hombre extraordinario tiene el derecho..., no el derecho legal, naturalmente, sino el derecho moral..., de permitir a su conciencia franquear ciertos obstáculos en el caso de que así lo exija la realización de sus ideas, tal vez beneficiosas para toda la humanidad…”


Crimen y Castigo – Fedor Dostoievsky


 Pensar en la posibilidad y no en los límites. En un libro clásico de nuestra delgada y angosta literatura chilena, “El socio” de Jenaro Prieto, se cuenta la historia de Julián Pardo, un hombre de negocios que absorbido por una mentira crea un alterego que termina por asesinarlo. Una idea que se sale de control y logra remecer los límites de la imaginación. En esa pequeña rendija de locura es donde se desarrolla Mr. Robot (2015), una historia que colisiona contra las barreras blandengues de la moral. Solo Breaking Bad (2008) se acerca a la complejidad del protagonista del relato: un oficioso trabajador de las malas artes, un curioso impertinente frente a las cárceles del miedo y los intereses de quien maneja los hilos de la normalidad.
Un historia cercana para futuros nativos virtuales insurrectos. Nativos auténticos de una época posmaterialista, con basura tecnológica como abono. Un grupo de indígenas de la aldea global que pretenden derribar los castillos en el aire del capitalismo. Con Mr. Robot pienso en un resurgimiento de la ideología. Hacktivismo como la curiosidad al servicio del caos, incompatible con la moral y la paz armada imperante. Su argumento es claro: un grupo de hackers que logra atentar contra una mega empresa conocida como E. Corp. Su personaje principal es Elliot, un asesor de seguridad informática de grandes conglomerados. La trama se desarrolla en los suburbios de un New York rata y opaco, entre contradicciones de un sistema económico que merece ser cuestionado con acciones directas.


“Descubrir lo real que hay en la ficción”, afirma Zizek en The Pervert's Guide to Cinema - Lacanian Psychoanalysis and Film (2006). Esta idea implícita pareciera guiar la serie. A menudo las propias sospechas de Elliot contaminan la narración y nos impiden la certeza frente a lo que vemos, cuestionando incluso nuestro rol de espectadores. Su alterego, encabeza una campaña ejemplar, un manual para los disconformes que están dispuestos a hablar en código binario. Un perfil comparable con el Tyler Durden de Chuck Palaniuhk, el señor Hyde de Stevenson o el ya clásico Walter Davis. Con el ímpetu de Hannibal (2013) protagonizando una conspiranoia de Black Mirror (2011).
Es su lenguaje visual novedoso, finalmente, el que logra ese efecto de ambigüedad entre personajes volátiles, guarenes rata, magnates obscenos e insurrectos prolíficos. La ingenieria social y el doxing son las principales armas de esta revolución cyberpunk que amenaza con cambiar el mundo, cueste lo que cueste. Elliot se erige como un Lautaro con los medios más sofisticados de su tribu, reventando sus fosas nasales y las fosas marianas del internet, baneando especuladores vendehumos. Por qué finalmente esa es la discusión. ¿Cuál es el costo de hacer desaparecer la ficción del dinero de la vida real?

domingo, 13 de marzo de 2016

Breve resumen de lecturas marzistas

Unívoco. Una idea en la mente: colgarse de un árbol. Para colgarse de un árbol se debe poner más atención en el árbol que en la cuerda. En una de esas la caída te revienta. Lo importante es la caída, the fallen.
El rumor efervesce por la ciudad, el joven unívoco ha muerto y las ópticas doblan sus ventas. El hombre de la cuerda floja aprendió a volar, dicen en los bazares. Su madre celebra su liberación y el padre enfurecido se esconde entre los asistentes. Lo lloran pero también lo ríen. Se extraña el funeral vikingo. Nadie quiere honrar la memoria del joven. Siempre bailó entre la genialidad y el error pero hoy no hay baile. La ciudad reza en la penumbra porque alguien decidió quemar la ampolleta. Su epitafio merece una novela aparte.

Duodeno. La digestión debe ser lenta. El amor se consume en gotario. Siempre está la posibilidad de sobredosis, de hecho, la sobredosis es la única manera de aprender a querer(se). Ella vino desde lejos, él la recibió. Estoy seguro de que se presentían. Si fuese analista defendería la tesis de la química. Si fuese comentarista hablaría de una buena dupla. Si fuese abogado los declararía culpables de todo cargo: por vencer a las estadísticas, por suspender los prejuicios, por las miradas de ignición. Actualmente viven separados, ella en el norte, él en su pieza. Punto a favor para el calentamiento global.

33 mineros. Salieron de la mina para entrar a un reality y fue en televisión que se culearon al boliviano. Porque cuando se está encerrado, sube la líbido pero la razón se aclara. Es lo único que queda, sobrevivir y conllevar una vida cruel. La crueldad es una buena terapia.

Los 4 jinetes. Voy a asesinar a Dios con la punta de un lápiz. Por lo menos me voy a llevar un ojo. No le saldrá gratis. Tiran un chiste al respecto: "te voy a salpicar los nudillos con sangre". Parece ser una filosofía filosa golpear con las tripas, empapar con el vómito, mear al enemigo. Sobre todo porque los desechos y la sangre abundan en las venas. Sobre todo porque hay que ser proporcionado cuando se pelea para que la bomba no te explote en la cara, para que la toma no se convierta en tomatera. He ahí la importancia del acto de soberanía. El principal armamento que tenemos es el espacio, la memoria del lugar. Con noción de arquitexto, te voy a quemar una iglesia, bastardo ctm!

Cincola. La drogas asen mar a la mente. De todos modos, el control de los impulsos es lo relevante aquí, porque dejar de drogarse no está en los planes del Neoliberalismo. Una amiga realiza una buena reducción al respecto: "necesito subir los niveles de dopamina". Por eso hay que aprender a cuidarse y no seguir vendiéndose al enemigo. La venta no está en discusión, repito. "La educación chilena está generando cada vez más capos de la droga". El que sabe hace clases y el que no consume.

Six Pack. Una vez conocí a un vendedor de merca. No la pateaba y pesaba lo que tenía que pesar para que pasara lo que tenía que pasar. Era un buen negocio sobre todo porque no se consumía su producto. Sí lo probaba. Una no es ninguna y tres son recién un entremés. Es chistoso terminar vendiéndose droga a sí mismo y tratar de estafarse. El límite, pienso, radica en la legalidad y la paranoia del vendedor. Si la mercadería son cervezas en lata, soya, libros, tiza o ideas envasadas hay que preguntar por el peso, la fecha de caducidad y la pena efectiva. Por eso mi amigo ya no vende drogas pero terminó estudiando matemáticas.

Sietemesino. Más wn que paco nuevo. Más wn que las palomas. Esta es la historia de un hombre que se pierde en su soledad, buscándose. Los recovecos de la conciencia son inhabitables, un espacio no apto para arañas de rincón. Lo importante es seguir activo, desbloqueando recuerdos, riéndose de las virtudes de ellos, cooperando con el ego de ellas. Faltaron meses en el período de gestación y faltan palos para el puente. Lo entretenido es seguir a bordo, tener la oportunidad de llegar a la última estación y ver el pánico de quienes se bajan. Salten de la montaña rusa y salgamos del parque de diversiones. La sangre brotará igual pero manchará las manos.

"Durante medio siglo 
La poesía fue 
El paraíso del tonto solemne. 
Hasta que vine yo 
Y me instalé con mi montaña rusa.

Suban, si les parece. 
Claro que yo no respondo si bajan 
Echando sangre por boca y narices"
Nicanor Porro


8 de Marzo. Escribir sobre la mujer con el riesgo de ser castrado. ¿Vulgarizarla para el vulgo o saltarse los problemas de traducción? Mujer, madre y hermana: asesinada por la prensa, violada por controles remotos, prostituida por ideologías. Discriminación positiva en su día, te lo mereces. Aunque yo puedo seguir abriéndote la puerta todo el año, preparándote tecitos para que el útero se desinflame, levantándote para que no caigas más allá del piso. Son detalles, "detallarines" afirmaba una mujer de voz achocolatada. Pero no te olvides de mi pene y de parirme con decisión. No tengo culpa de venir al mundo, no elegí mi país, ni mi sangre. Tú por lo menos te desahogas de ella. Solo espero compañerear tranquilo por la plaza mientras los aviones se caen. En nombre de la muerte, la droga, la violencia y la poesía. Todas palabras de género femenino. 




lunes, 13 de julio de 2015

EL NESCAFÉ DE LAS ARTES DEL PELUQUIN

La pregunta es por qué son malas las malas palabras,
 ¿quién las define? ¿Son malas porque les pegan a las otras palabras?,
¿son de mala calidad porque se deterioran y se dejan de usar?
Tienen actitudes reñidas con la moral, obviamente.
No sé quién las define como malas palabras.
Tal vez al marginarlas las hemos derivado en palabras malas, ¿no es cierto?

Roberto Fontanarrosa – Las malas palabras (2004)

La oralidad en el contexto americano es un vehículo expedito hacia las raíces ocultas. Sus variadas formas permiten reconstruir nuestras tradiciones originarias aplastadas por el colono y la tradición hablada que se niega y reniega la sistematización. La hegemonía de la cultura escrita y sus límites formales no dan verdadero sentido del significado e impacto de la cultura hablada, pues la oralidad implica una participación activa y vivencia del acto comunicativo. Construir el lenguaje desde abajo, desde la cultura amerindia o grupos sociales marginados, se postula como un enfrentamiento interesante, una disputa política por el imaginario.
La censura protocolar a la que fui sometido en el teatro Nescafé de las artes me hizo entrar por la ventana. Un guardia calvo, el pacobinero del protocolo, impidió que me sentara a las afueras del teatro aduciendo normas de formalidad y buenas costumbres. Supiera cómo me manejo con los cubiertos en la mesa y que hasta el condón me lo pongo con corbata. Providencia y su pretensión artística neoclásica versus un provinciano cansado de viajar por la urbe. Sin embargo, este choque cultural era exactamente uno de los objetivos del evento.
El encuentro “Palabra Hablada”, en su decimotercera edición, propuso la conjugación de distintas disciplinas en el ejercicio de la voz a capella. Un recital lírico inédito que rescató artistas importantes, registros marginales y un visión de crítica frente al estado de la cosas. Una propuesta que se plantea como opción al concepto refinoso de “gusto estético” y su miopía pechugona. Más de alguna asistente horrorizada puede dar testimonio de ello.



         En primer lugar apareció Karen Wenvul, quien a través de la invocación y el canto espiritual abrió el encuentro cantando a nuestros ancestros. Una conexión necesaria que dio el piso a una ceremonia que debía alejarse del encasillamiento, en los límites de lo folclórico. Consecutivamente, salieron a escena dos trovadores que hicieron uso de su gran habilidad de elaboración de décimas. Cecilia Astorga y Rodrigo Núñez, con copa de vino incluida, demostraron que la improvisación es una herramienta inalienable del arte oral y que, a pesar de que cada pie forzado no fuese idóneo, el oficio y la creatividad del payador marcan la diferencia.
De ahí en más, el encuentro prosiguió con algunas caras más vistosas. Tata Barahona demostró su cuantía a voz desnuda, en un homenaje al archifonema, al habla del pequeño comerciante, al balbuceo y a la interjección dionisíaca. Portavoz no estuvo a la altura del evento. Las razones, al parecer domésticas, demostraron su indiferencia con la puesta en escena y con el concepto. El prejuicio con la locación, el palo de la entrada y estereotipo del asistente promedio de Provi, no justifican el olvido de canciones y la métrica dubitativa que marcaron su presentación.
A esas alturas, solo quedaba esperar el plato fuerte de la noche: el último humorista del festival de Viña. Hubiese sido interesante la interacción con mi acompañante de asiento. Una señora de unos cincuenta años, pelo corto y de baja estatura. Quisiera haberle planteado un tema de conversación: ¿Qué es la popularidad? Nombre 3  artistas populares. Defina en breves palabras una canción popular. Cantidad de “me gusta”. ¿Cuánta gente vive en su casa? Adorno afirma en Televisión y cultura de masas (1954) que la división entre arte "melenudo" y arte "de pelo corto" es producto de una prolongada evolución histórica. Esa evolución histórica, advierte, no es más que otra clasificación realizada por el mismo comercio. Desde ahí entendemos que “Palabra hablada” contribuyó a romper esa taxonomía nefasta del arte por la de valoración misma de la experiencia estética. Los exponentes del canto sagrado, la paya, la comedia, la poesía, el rap y la trova parecen ser artistas que rebasan el envase de las categorías propuestas por el mercado.
Fue el poeta Yeko Aguilera quien quebró finalmente el ambiente y guardó bajo la alfombra roja todo tipo de solemnidad. Las caras de asco y distinción del asistente promedio a dicho teatro se transformaron en risa o por el contrario, en completa indiferencia. La arremetida retórica del chantipoeta demostró que los elementos suprasegmentales y la performance son un requisito importante para el arte literario actual, una oportunidad única de saltar de la página al mundo, más allá de la racionalización, ofertas o críticos flemáticos del arte. Una presentación breve pero contundente en la que espetó textos nuevos y otros pertenecientes a Destilado de mariposa del año 2009.
Finalmente, el encargado de cerrar el show, León Murillo, salió a escena demostrando por qué es el comediante under más exitoso en la actualidad. Su agudeza y chispa, siguen intactas a pesar de las prostituciones mediáticas y la normalización de su figura televisiva. Un evento prometedor, lúcido por parte del organizador, Giorgio Vargas, quien se encargó de desmitificar ese subdesarrollo artístico y precariedad que se le atribuye al arte oral. Ya no se trata de entender o no entender, sino de intuir, de falsear, de travestir el arte para alejarlo de sí mismo. De escribir sobre las posibilidades y no sobre límites.
Es de esperar que las próximas versiones de este encuentro conquisten lugares más apartados, otros nichos, otras regiones que den visibilidad al arte nuevo, en detrimento de los circuitos artísticos “de verdad”, esa manga de babosos, repletos de estructuras y espejos, artistos logocéntricos sin plaza, sin esquina y sin calle.
         

lunes, 1 de septiembre de 2014

Sicktiembre

“Las mujeres no se alegraron con la noticia. Eran palurdas, les gustaba escuchar los novelones de la radio con sus amigas del lugar. Esos novelones de argumento único. Las mujeres honestas se pierden en la ciudad,
donde los hampones violan sin para por todos los agujeros.
La ciudad es el infierno, y hay que haber nacido en ella, en sus calles tétricas, para poder resistirse”

Tadeys – Osvaldo Lamborghini

            Septiembre es siniestro. El mes más propicio para iniciar relaciones de amor amargas, dependientes y violentas. El mejor mes para romper tabúes, para muertes anunciadas, para iniciar la lectura de una novela oscura: la comarca es un territorio enorme ubicado en alguna parte de Europa oriental, una la capital simbólica, un Macondo incestuoso, la síntesis de una época medieval sórdida, donde la sodomía, el bestialismo y la violación se ejercen de forma cotidiana. En ese clima de perversión sexual que impone una estructura social despótica, es donde los habitantes deben sobrevivir a la hambruna y la pobreza comerciando con Tadeys, una extraña especie caníbal, antropomórfica, que vive en cuevas inexploradas. Así de simple. Lectura digresiva para lectores repulsivo-convulsivos. Lectura vetada para lectores impulsivo-compulsivos. Y qué decir de su pozo político, de su correspondencia con las instituciones religiosas, de las pulsiones humanas reprimidas que intenta llevar al límite.
Taller de lectura para 30 días terribles, plagados de cinismo, de procesos inconclusos, en un marco de resentimiento latente: el 3 se promulgó la ley de defensa de la democracia de Gonzalez Videla y el 18 se jura obediencia y servilismo a la corona española. El 19 se suicida Balmaceda, el 10 de Rokha y el 11 Allende, en un Golpe de estado que es un golpe a la cátedra del Neoliberalismo, un tiro de gracia. Parra nace el 5 y los tiene a todos chorreando de dulzura. Viejo decadente, vaca sagrada, decrépito, lobista descarado, con una condena literaria clara: vivir más de ochenta años. Un vencedor para la historia, un vencido para la literatura chilena. Honor y gloria en su centenaurio, aplausos y velas de sus Parrásitos. Gritos y barricadas para aplacar el olor a mierda pestilente, a efemérides repugnantes de un mes execrable. El 4 se incendia (¿queman?) la ya mítica discoteque Divine en el centro de Valparaíso y con ella una veintena de personas, para volver al principio:

          “
Y a la madre:
-Puta, vení para acá, desnuda también ponete al lado de tu hijo, a quien ojalá Dios haga maricón, así lo humillan todavía más y en el culo le remedian la vanidad”[1]

            ¿Y qué nos queda por celebrar? ¿Es el ensalce de los valores de la chilenidad una buena excusa? ¿La cultura popular revestida de nacionalismo y folclor acomodaticio? ¿Sedtiembre o reSeptimiento? Repito: un mes para quemar al conformista, para forzar los límites, para revivir rencores, para ajusticiar el parkinson y la amnesia de la clase dominante. La época ideal para abrir caminos difíciles, inabarcables, imposibles: el camino de tierra, ese “órgano metafórico” al que Lamborghini loa, y simboliza, y desacraliza y parodia, par(a)odiar, para subvertir conceptos, para desmantelar todas estructuras imaginables.






[1] Lamborghini, Osvaldo. Tadeys (Buenos Aires, Mondadori: 2012, Pág. 41)

miércoles, 30 de julio de 2014

Alihneándonos con Germán Marín

"De esta manera comenzará a cruzarse una historia mechada de hijos, trabajos, anécdotas hasta que,
de pronto, los rostros irremediablemente  adultos queden observándose en silencio pues ya no hay nada más que decirse y uno de ellos suspire, así es la vida, mi viejo, sí huevón, antes de mandarse a cambiar
cada cual por su lado insistiéndole el uno al otro que sería bueno juntarse alguna vez"
Fuegos Artificiales – Germán Marín

“Espero de la tierra no hacer colas/ ni así hormiguear buscando mi sustento;
quiero en todo ganar el mil por ciento/ y pasármelo todo por las bolas.”
París, situación irregular – Enrique Lihn


            1. Alguna vez, en lo que podría haber sido un gran alunizaje a la biblioteca del bate (¿vate?) porteño Fesal Chain, tuve acceso a un libro fundamental para la poesí(d)a chilena: “Maldita Farándula” de la polemista y ex candidata a la presidencia Pamela Jiles. En él la periodista encendía el ventilador y disparaba mierda a diestra y siniestra en lo que pretendía ser un mapa del famoseo chilensis. Un compendio destacable toda vez que consideramos su crisol de farándula, política y literatura; y sus descalificaciones contra personajes oscuros como Germán Marín, a quien califica de viejo reaccionario, loco o algo parecido. Ante esto dos cosas: hay que ser un hijo de puta para que Pamela Jiles te tenga en su lista negra, y segundo, las influencias de algunos poetas contemporáneos son entrañables.

2. Hace un par de semanas se lanzó la cuarta edición de “Conversaciones con Enrique Lihn” de Pedro Lastre por la Universidad de Valparaíso. Un libro publicado en los ochenta y que se reeditaría con el fin de aumentar la jubilación millonaria de Lastre. El lanzamiento realizado en el aula magma de dicha universidad, por supuesto no estuvo exento de flema y actitudes protocolares que inundan estas ceremonias, con Oscar Hahn como mueble invitado y Cristian Warnken como anfitrión, lo más parecido a un Matías del Río de la literatura. Se repasó la vida del autor, memorias añejas, dudosas y personalistas, pinceladas de su obra y las tareas por hacer para los críticos futuros: analizar su desconocida prosa y exhumar sus restos, para seguir aumentando las arcas de los que alguna vez compartieron el paradero o el asiento en una micro con Enrique Lihn.


Tristeza. Alguna vez tuve libros de Germán Marín: uno lo perdí en ese vórtex inestable que es el “préstame ese libro, después te lo devuelvo” y terminó en manos de unos de los integrantes del grupo viñamarino “Arte Elegante”. Nadie sabe cómo, cuándo, ni el porqué. Yo solo afirmo que en un centro de llamados, todo puede pasar. El otro libro que me queda de Marín, lo robé a un librero comunista de la ciudad de San Antonio, el Loco Román, otrora secretario del PC local el cual me explotaba, no me pagaba en los plazos establecidos y peor aún, no tenía idea de literatura. A pesar de esto, creo haber cobrado mi revancha con la cantidad de libros que me pelé y con esta primera edición de “Fuegos Artificiales” (1973), texto prácticamente desaparecido por el paso del tiempo y por la acción de la dictadura.


4. Cuenta Warnken: “Hacia 1974 visité junto a mi tío Enrique Lihn las costas de una casa familiar en Isla Negra. Yo era un niño pequeño y tengo un recuerdo de mi tío escribiendo a la orilla del mar. El sol nos abrasaba desde lo alto y la brisa marina (Nota del transcriptor: puta el weón decimonónico) nos impelía con ansias de comernos el mundo. Fue en ese momento cuando me acerqué a mi tío y sin mediar aviso, le pregunté: ¿qué estás escribiendo? Ante lo cual mi tío, con una leve sonrisa, retrucó: Estoy escribiendo SONETOS”

Quintanilla. Al igual que en las pasadas ediciones, el premio nacional de literatura se ve cuestionado. A la pasada elección de Miss Novela el 2010 y el reciente premio del mueble Hahn durante el 2012, que pasó casi desapercibido, este año la discusión es la misma: Lobby político y actitud literaria. ¿Vale la pena discutir los méritos literarios? ¿De qué sirve que lo gane Lemebel si solo servirá para adscribirlo a la historia oficial de las letras chilenas? ¿En qué aporta el peso simbólico de la trilogía “Historia de una absolución familiar” de Germán Marín si los jurados no leen? ¿Y Jorge Guzmán no debería hacer sido premiado ya? ¿Qué ondi microondi? A esta altura solo quedan las soluciones patafísicas Parrianas: confórmense con el Premio Nobel de lectura.

666. En la presentación del libro de Lastre estuvo Gonzalo Contreras. Es hora que inauguren una estatua en reconocimiento a este mártir literario de los 90´, el que incluso sigue enfrentando a la crítica literaria en la actualidad calificándola de uniforme y abajista. Esa crítica que en su opinión hoy celebra las limitaciones procedimentales revistiéndolas de elisión o una supuesta originalidad. ¡DURIIIIIIIÍSIMO!

7. Germán Marín fue alumno de Borges en la UBO. Fue uno de los fundadores de la Quimantú, editó “El circo en llamas” de Enrique Lihn, fue subordinado del general Pinochet y expulsado por curao de las huestes castrenses. Acompañó a Teillier cuando se debía batir a duelo con Lihn. Se enfrentó a “los niños codiciosos de las letras chilenas” de los 90’, nunca le compró a   Lafourcade, a Délano y le dio cara a Rosasco, en un gesto que de por sí merece un aplauso. Su literatura es un ripio escritural, pedregosa, extensa pero actual. Asume riesgos ficcionales y los concilia a través de datos reales, escribe solo cuando hay material y no por gusto. Siente debilidad por los pies de página, loa al lumpen y lumperiza la labor escritural. Maestro silencioso de muchos de nuestros maestros, solo nos queda seguir leyéndolo porque por aquí el conejito de los premios de oro ya no pasó.

(Ch)ocho. En la nueva edición de “Conversaciones con Enrique Lihn” se adjunta una fotografía inédita de Enrique Lihn junto Augusto Monterroso, Julio Ramón Ribeyro, Bryce Echeñique y Juan Rulfo, entre otros próceres. ¿Existe otro mejor gancho publicitario que una selección literaria de buenos muertos?

9. “Dejar de escribir es fácil, basta meterse la mano al bolsillo” (Germán Marín en Artes y Letras de El Mercurio, 10 de Agosto de 2003)

Diezmo. Y ad portas del premio nacional de literatura, recordemos la “Paradoja geométrica del ambiente literario” del fallecido poeta, barrista y miembro del fans club de Shakira, Yeko Aguilera: “todos esos círculos culiaos/ están formados/ por puros culiaos cuadrados.”

lunes, 23 de junio de 2014

Sobre la mano de Dios, la mano de hierro y la manufactura


“El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peores, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos. El fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar cuando compito,
si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando.”

Marcelo Bielsa en “Las razones del Loco: claves
para entender a Marcelo Bielsa” (2009) de Federico Lareo.

“Hay autores que trasladan su experiencia futbolística a otros asuntos; no es de extrañar que uno de los más convincentes alegatos contra la pena de muerte  sea obra de un ex portero, Albert Camus,
quien seguramente recordó el rigor de ser acribillado a once metros de distancia.”

Juan Villoro – Los once de la tribu

“-Yo, señor presidente, quiero honrar el baldón que me han confiado.
     Él quería decir blasón, pero lo mismo daba, dado que el muchacho valía en la cancha
lo que una o dos docenas de profesores en sus respectivas cátedras.”

Horacio Quiroga -  Juan Polti, Half-back



Es realmente odioso, errado y reaccionario. Es ahueonado, efectista y poco riguroso. En fin, siento vergüenza ajena cuando presencio aquel gesto irresponsable de sentenciar a muerte al fútbol, como si la pelota tuviese la culpa. Es echarle la culpa al empedrado, es permitir que nos gobierne el sinsentido, la calentura de querer ganar el partido. Podemos tener entuertos políticos con el Mundial, por justas razones. De hecho, los tenemos. Podemos tener problemas con la representatividad de los dirigentes –discusión de fondo y no de forma-,  inconvenientes con los deportistas-empresarios, con la enajenación social, con la delincuencia hincha-weas, con su espectacularidad rentable pero les juro por Diosito que el fútbol no tiene la culpa.
Políticamente hablando, el entorno futbolístico está plagado de líderes despóticos que robustecen sus vientres y engordan sus arcas inubicables en el extranjero a costa de la comodidad del hincha televisivo y su ignorancia. Rancia manera de ganarse el pan la de estos pseudotecnócratas, que justifican su existencia en el medio deportivo solo en el tejemaneje del rubro. ¿Justificación? Yo diría un contraargumento: Joseph Blatter, el  propietario de las decisiones FIFA, el mismo que asumió haber pagado dinero al mal parido de Lucien Bouchardeau por la mano de Ronald Fuentes, el mismo ridículo que vetó a las ciudades de más de 2.500 metros sobre el mar para realizar partidos de fútbol, sigue gobernando el imperio FIFA desde 1998. João Havelange, el mayor oligarca del fútbol mundial, que antecedió a Blatter pero que al igual que él fue acusado de sobornos, de colaborar con las dictaduras militares, de tráfico de armas y drogas, reinó en la FIFA por más de 20 años y fue el principal impulsor del fútbol-espectáculo, tal y como lo conocemos hoy en día.




Pero vamos más allá. El fútbol pareciera tener una relación implícita con gran parte de los temas que nos importan como sociedad. Su carácter es altamente contagioso y sus plataformas suelen ser muy llamativas por lo que nadie, aunque lo quisiera, debería permanecer impávido ante su existencia. Sería como mantenerse al margen de la ciencia ficción, la televisión basura o las patológicas redes sociales solo porque no son un reflejo fiel de la realidad. Y no hay ninguna duda, no existe correspondencia pero su injerencia en ella, en esta realidad cruda, numérica, resultadista se da exactamente por la suspensión que produce, ese vórtex temporal que da pie a disturbios luego de los 90 minutos, a encuentros sin pudor luego de un par de likes o a la reivindicación de la provincia, de lo obsoleto a través del Steampunk. De las buenas cosas que nos ha traído la época contemporánea, y en específico la POSMODERNIDAD (palabra que resuena por los pasillos como el ruido de una motosierra) es la sociedad de la información, ese “absceso del dato” que promulga Álvaro Bisama y que, creo, hay que domar, moralizar e internalizar para vadear a buen puerto con este barco a la deriva. Simplemente no te puede dar lo mismo.
La ofensiva publicitaria de los medios debe ser enfrentada con una mirada crítica, el escapar no sirve para nada. No debemos matar al mensajero para evitar una mala noticia. Se debe indefectiblemente, por el imperativo y necesidad de una ética posmo, leer la sociedad con lupa, sumergirnos en lo que un gringo por youtube denominó “el principio de la salchicha”: ¿De qué está hecho el fútbol? De ahí que establecer diferencias sustanciales entre futboleros e hinchas, entre fútbol social y fútbol espectáculo es necesario, no solo para aclarar sofismas asumidos con naturalidad, sino que por el bien de este sistema de signos llamado Jurgol. Basta con recoger las precisiones de Johan Huizinga hacia 1938 en su “Homo ludens”, donde propone al juego –ya no solo futbolístico, sino que a toda representación lúdica de la vida- como responsable de la formación de la cultura. En ese sentido, alejándose del homo sapiens de Carlos Linneo y sentado un precedente claro del homo videns de Sartori, afirma que el carácter lúdico de la cultura proviene de la voluntad de juego, esa necesidad humana de abstraerse de lo real para suponer un espacio al otro lado del espejo, asumiendo roles en un campo y tiempo delimitado. Sabiendo que la competencia limpia es necesaria en el juego, pues ganar, a diferencia de la vida real, no implica necesariamente una ganancia. Bajo este prisma, lo que nos interesa a los futboleros es devolverle ese sentido de culto al fútbol, alejarlo del espectáculo y volver a significarlo como ritual de grupo, donde su carácter lúdico es inherente pues favorece su proyección social. Ya no más portadas, ni autos, ni modelos, ni lujos, ni obras de caridad. Solo honor, esfuerzo, espontaneidad, solidaridad, creatividad y por sobre todo agitación deportiva.

Recuerdo una reflexión esbozada al final del documental Ojos Rojos (2010), donde un ecuatoriano, quizás colombiano o brasileño afirma la cualidad democrática del fútbol. Claro, es el único deporte donde los objetos no importan por su calidad y sólo dependen de su cantidad. Con 5 piedras tenemos dos arcos y una pelota; con cuatro mochilas y una botella un partido que cualquiera podría envidiar. Con dos postes de calle un movedizo 25. En un pasaje angosto, de población pequeña, con una pelota de calcetín y los asistentes tradicionales a una noche de esquina un “machita patá”, el royal rumble del deporte rey. En cambio, en el tenis necesitamos raquetas que logren sostener una pelota en el aire. En el basquetbol, una pelota que rebote, en el golf implementos variados, al igual que en el beisbol y toda la cantidad de deportes olímpicos. Otro tema es la profesionalización, lo que me interesa aquí es poner sobre el tapete el acceso y la inclusión.



Así, no debería sorprendernos la aversión de sujetos como Borges con el fútbol. Si bien el aspecto físico muchas veces prevalece, lo que sostiene realmente, o sostuvo al fútbol precapitalista, fue la emoción. La emoción de que todo cambie de un minuto a otro,  de que por alguna genialidad insurrecta de un Garrincha los oponentes queden calientes, de que un grupo organizado sobre la solidaridad y la multifunción quede en la historia bajo denominaciones realmente literarias como “La naranja mecánica”. Esa misma emoción irreductible, que hizo meter al Diego la mano y la nariz donde no debía, que nos hizo crucificar a Candelo por patear penales displicentes, que nos hace respetar a Caszely por querer llegar hasta las últimas consecuencias de la red, junto al balón. Por eso Borges y tantos otros intelectuales conservadores que deploran el fútbol, no entienden que jugar con los pies, no es lo mismo que pensar con ellos. Que cuando el fútbol fue expropiado a los ingleses, Argentinos Juniors nació como Club deportivo “Los mártires de Chicago” y que Chacaritas fue fundado un primero de mayo en una biblioteca anarquista, tal como lo señala Galeano en “Fútbol a sol y a sombra y otros escritos” (Siglo XXI, editores: 1995).
Si hoy en día es un imperativo humano pintarle la cara al poder, debemos aprender de tácticas y estrategias. A pegarle fuera del área para abrir las defensas del estado, a reclamar y superar los penales mal cobrados, a practicar jugadas de pizarrón antes del partido final. Que siempre jugaremos de visita, que el árbitro también juega, que un buen equipo no garantiza un triunfo y que todos, sin excepción, pueden participar según sus capacidades: el enano de Maradona, el espigado Elías Figueroa, el lento de Beckenbauer y el desprolijo de Martin Palermo.

No tendremos estadio propio pero hay que procurar estar siempre de locales. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Losotros loh del Mural o Introducción a la Literaturra

“¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro,
 saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso. Correr por el borde del precipicio:
 a un lado el abismo sin fondo y al otro lado las caras que uno quiere, las sonrientes caras que uno quiere,
 y los libros, y los amigos, y la comida. Y aceptar esa evidencia aunque a veces nos pese más que
 la losa que cubre los restos de todos los escritores muertos.
 La literatura, como diría una folclórica andaluza, es un peligro.”
Roberto Bolaño –Discurso de Caracas

“Lo mi es punto y aparte
tírame pa' lante
calle, pero elegante”
Tego Calderón – Punto y Aparte

“El poeta considera al mentiroso su hermano de sangre, a quien le quitó la leche que le estaba destinada;
por eso el mentiroso no ha pasado de ser un miserable y ni siquiera ha llegado a tener la conciencia tranquila.”
Friedrich Nietzsche – La Gaya Ciencia 



Losotros los del mural las hemoh hecho toas: reconciliado los opuestos, contrastado los similares, de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha. Hemos trabajado con el Bosón de Higgs, con el botón rojo, con el pezón a nuestro antojo. Superamos el miedo a las palabras rayando la calle y acribillamos a más de algún poeta amariconado en esta pared (de retórica maraca y no de orientación maracosa, pa no sonar discriminador con esos invertidos asquerosos). Con el tiempo, esta trinchera, que lleva más de 15 años funcionando, que sobrevivió a la remodelación uplaniana, que soportó atentados, que sufrió el robo de merca, que sobrellevó los hongos de una sopaipilla artística y que aguantó el olor a axila de sus colaboradores; se erige como un espacio de disidencia literaria y promoción de la duda estética. Por ahí va la mano, así de claro, así de simple.
No hay libro que no sirva por lo menos para hacer una fogata. He ahí la función de la literatura, no solo su voluntad de ignición sino su naturaleza performativa, de palabras como acciones: la reconstrucción de utopías quebradas por hecatombes económicos, la construcción de nuevas estéticas que corroan estéticas-estáticas, estíticas de cacademia, atestadas de líquido seminal de tanto chupar pico y lamer escrotos-escrotores, de tanta palabra de buena crianza, de tanta defensa corporativa entre tecladistas de pieza oscura.


Hay que leer hasta que duela y reivindicar ese Premio Nobel de Lectura al que Nicanor Parra canta, no ya como el paradigma del nuevo poeta, sino como símbolo del nuevo lector, el lector ideal aquel que lee todo lo que cae en sus manos y se guarda en el bolsillo la solemnidad y actitudes flemáticas que hacen del escritor un sujeto oscuro, de condición burguesa y de elegancia forzada por aquella imbecilidad del “buen gusto”. Hemos de proponer a Lira por Neruda, a Mellado por Ampuero, a Álvaro Bisama por Camilo Marks. Liberemos al crespúsculo, discontinuemos la paja, abandonemos los sombreros de copas, el cigarrillo argentinizador, el tonillo ampuloso, el jitanjaforismo de loca francesa. Salgamos a la cancha en shores cortos, visitemos la plaza pública en tiempos de mall, descubramos el barrio actual, la población callampa a falta de ficciones. Registremos la casa imaginaria de Manuel Rojas, recorramos chile junto a la lengua Rokheana. Vámonos de tour. Visitemos Gringolandia junto David Foster Wallace y que Phillip K. Dick sea nuestro guía turístico. Juguemos ajedrez junto a Raymond Queneau y tentemos a la suerte en algún bar junto a Rodolfo Fogwill. Mensajeémonos con Osvaldo Lamborghini y acordemos alguna cita con Jorge Ibargüengoitia. Finalmente busquemos a Rolando Cárdenas en algún sucucho quitado de bulla y sentémonos a conversar. ¿Qué no es, sino una conversación amistosa y honesta, la mejor parte de la literatura? Que Juan Emar nos hable del campo. Que Juan Rulfo nos hable de la ciudad. Que Jorge Tellier nos hable de la urbe. Y no olvidemos a los muertos en acción, a los más tímidos, a los que se han perdido en la prostitución del mercado, a los que por una u otra razón, han querido permanecer en el anonimato pero han sido pilares subterráneos de toda una generación
Lectores desabridos, tetones sumidos en el comic, metaleros AllanPoellentos, miopes con hábito, monjas literarias, punkis analfabetos, habitantes del best seller, predicadores del diario comunal, poetas de estética reggaetonera, raperos con roperos de palabras, cortacocos ultraistas, feminazis jugando a ser su escritora favorita sin ropa, espinilludos con páginas pegadas, mariconzuelos rubendariístas, travesaños sadistas-traviesos, lumperío ilustrado, funcis de literatura oral, profesores con memoria activa, wachitas ricas de biblioteca y modelitos que seguirán confundiendo a Bolaño con Chespirito…




BIENVENIDOS A LA UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA!
BIENVENIDOS A LA BIBLIOTECA BIZARRA!

martes, 25 de febrero de 2014

ENDECASÍLVICA

              El día en que la conocí yacía arrellanada a un poste de luz, clavada al suelo con los pechos al aire. Víctima, o tal vez, victimaria en alcohol su balbuceo involuntario disparaba consignas dadás contra cada uno de los mirones a la expectativa. El paradero de autos de un barrio conceptual, subida Cumming, pareció ser un buen sitio para la sobrevivencia. Allí los ojos de la calle eran mucho menos intimidantes y su estancia hasta pudo pasar por una puesta en escena.
No era una mujer descalibrada, ni mucho menos una exhibicionista autocomplaciente. No era una loca de patio, ni una alcohólica en rehabilitación. Era una poeta vieja, o más bien, una vieja poeta anegada de melancolía, trastornada por recuerdos demasiado pesados que le impedían salir a flote desde el fondo de su petaca de Amaretto. Un trago afrodisíaco para la añosa escritora, que la hacía recordar parejas de vidas anteriores y una supuesta cita que mantenía, sin su presencia por supuesto, con un ciego en un local aledaño. Vaya uno a discutir asuntos limítrofes entre realidad y ficción.
Sin embargo, sopesado el cuadro y con el momento ya difuso en el tiempo, puedo afirmar que no hubo ningún atisbo de decadencia. Una señora hasta el final, una mujer distinguida de cerveza en la calle. A pesar de los murmullos de los clientes del transporte público, a pesar de la imprudencia de la gravedad, incluso, a pesar de la empatía de las hienas callejosas de la ciudad de Valparaíso. Porque sí, Valparaíso es una ciudad de poetas aunque no se hace mucha poesía y una ciudad de perros aunque no existe la fidelidad. Perros y Poetas, Poetas-perros que ignoraban a nuestra mujer, aquella de los pechos desahuciados, encandilada por las luces de otros libros de verdad, invisibilizada por sus obras institucionales. El oficialismo que aplasta y ella que se levanta del suelo con un estertor animal, con un grito desnudo que afirma no necesitar acompañantes, que solo los pitos y el copete le dan continuidad a esa noche, a ese proyecto poético casual.
Sin pensar en las consecuencias, la tomamos del brazo y nos dirigimos a un lugar seguro, donde su naturaleza y esos pechos repletos de historia pudiesen ser en paz. No obstante, el pudor nos obligó a ponerla al tanto de sus tetas descubiertas, por lo que subió su ropaje delicadamente, no sin antes hacer un paneo pornográfico a los circundantes que miraban sin querer mirarla, incómodos pero silenciosos, con risas culposas y más de alguna pregunta.
Se llamaba Silvia Murúa y esa era una de sus carta de presentación, involuntaria y auténtica, más allá de la sobriedad, más allá de la edad, más allá de los centros de madre y los círculos literarios, más allá de la sensatez.


viernes, 27 de diciembre de 2013

¿QUÉ HACER EN CASO DE INCENDIO?


“No acepto de dicho texto la expresión infamante ni la descalificación, disfrazada con un fallido intento de ironía. No acepto el insulto gratuito, respaldado por el velo vil del anonimato que concede un seudónimo. No acepto que alguien ofenda a uno de los nuestros, menos aún si ha muerto. Es un principio de antigua data. Creo, sí, que se puede y debe usar la pluma para denunciar, pero con el raro atributo de la inteligencia, con el nombre de quien escribe como firmante y sin el oportunismo de la muerte del acusado. Hacer lo contrario no merece otra explicación que el temor que todavía infunde el ausente”
N. F.

“Y como títeres culeados Marín, P. Navia y el telonero Maqueira
lloraban pasando por las rajadas aguas”
Los Países Muertos – Raúl Zurita

“…bajé los ojos humildemente, como un pajarillo herido, e imaginé ese fundo en donde la literatura sí que era un camino de rosas y en donde el saber leer no carecía de mérito
y en donde el gusto primaba por encima de las necesidades y obligaciones prácticas…”
Nocturno de Chile – Roberto Bolaño


1) Bibliofilia. A veces quisiera ser Moisés y salir, de ternero impoluto y con toda la prepo, a recitarme de algún libro del Pentateuco o el libro de Job en plena plaza pública. Lo digo en serio. Con la gota cayendo, resbalando por la patilla, asumiría mi posición de admirador de los tonos mayores del catolicismo (aquellos que dibujara tan bien De Rokha). A partir de eso, de mi supuesta performance religiosa, el chiste al culto es irremediable; entre otras cosas, porque soy un convencido de que el concepto de “religiones modernas” guarda siempre un dejo de ironía y porque hay más literatura que revelación, en el libro aludido.

2) El acto anónimo es un acto sin nombre. Que el Lazarillo de Tormes sea anónimo, realza su carácter de universal.

3) Virtual sit-in. Knowledge is free. We are Anonymous. We are Legion. We do not forgive. We do not forget… Expect us! (desde 4chan con una pancarta de Benedetto Croce). 

4) Derrideana. ¿Y ahora qué? ¿Qué queda después de decir tanto? Solo queda asumir las aporías como medallas de vino. Si el mentado personaje era todo y nada a la vez, preocupémonos del material noético y armemos una lista. Lo demás, al decir de Zambra, es literatura. Pero que quede claro: ni decoloración, ni decoración: DECONSTRUCCIÓN se llamaba la canción.

5) Forever Alone. Sigamos leyendo literatura por internet y construyamos castillos discursivos inasibles, pareciera decir la perorata. No a la literatura soez, no a los opúsculos a mano armada: si a la participación silenciosa, a la literatura amena, a las lecturas morales. Hay que privilegiar las buenas costumbres y la buena dicción. No a la lectura del paredón, no a la poesía enrejada entrelíneas. La muerte llama a la impunidad y todo ese rollo absurdo: en pro de la producción, contra la contrariedad. Sí a la literatura sanitaria, no a los rayados del wáter.
Importantes son los amiguismos: el síndrome bolaño es una herencia genética. Determinantes son los certificados: el que nada estudia, nada tiene.
La creatividad ya no existe. Todo se ha escrito, el barco ya se hunde, la nave capota, hemos perdido la batalla. Nadie plagia a nadie, solo escriben palimpsestos parafraseados y recontrarumiados por cuanto gil escribió antes.
Nuestra estocada fue “un intento fallido de ironía”. Es fácil confundir la ironía con la parodia, por ese lado se entiende, hay una discapacidad generacional de los nacidos en los 60´. Lo del intento, es de perseverante y lo de fallido es de fallado… en todo caso: ¿dónde está Ignacio Valente cuando se le necesita?

6) Las amarillas de publiguías. Y nadie levantó la voz cuando se publicaron los dichos contra el burócrata de Marcone, cuando se reclamó con audacia contra las clases de Literatura Hispanoamericana, cuando se denunciaron las dictablandas de algunos ayudantes perdidos en acción. Incluso se pasó por alto cuando, contra el mismo sentido común, respaldamos la decisión arbitraria de Hugo Cifuentes de no hacer clases, porque un care wea se le ocurrió bostezar en su presencia. Nadie recuerda cuando se hacían sátiras porque Daniel Lagos no llegaba a hacer clases o cuando algunos profesores, dejaban que sus ayudantes realizaran las clases y ATENCIÓN, hicieran y revisaran también las pruebas.
¿Y qué me dicen de la ya mítica Sopaipilla aceitosa, de las semillas de marihuana o de la postal de la monja haciéndose cariño? ¿Ya se les olvidó?
¿Se acuerdan de la nota en nombre de Javier Pérez Chávez, estudiante de Terapia Ocupacional, muerto el 2011? ¿Recuerdan los lamentos por la situación del performático joven de apellido Soto, que hacía huelgas de hambre hasta porque subían los precios en el Roma? ¿Alguien cachó cuando arremetimos contra el otrora campeón del pueblo y meses después cayó por su propio peso? ¿Alguien sacó la voz, alguien hizo uso de la democracia?
Nadie se acuerda y ahora nos echan los perros, hambrientos de reconocimiento oportunista, abigarrados de fingida moralina.
No necesitamos fama, necesitamos alimento y más armas (discursivas).

7) Del logocentrismo al lococentrismo. Esto va en serio, en Siria, en serie: Disculpas públicas para ti. Disculpa si me excedí, si mostré demasiado el balón. Pensé que podía tirar el centro y también cabecearlo, siendo un simple portero. Ojalá que no trunque tu carrera en la cacademia, ojalá que no ganes enemigos porque les salpicó caca con mi ventilador. Que el móvil, la inspiración, el asunto literario no pese más que el texto mismo. Cuando quieras me rajo con un completo J Disculpas, de verdura.

8) Terrorismo blanco. La institucionalización del discurso es violenta. Te apuesto a que si publicara en la “La novísima nueva Fénix”, en el Facebook de “Texto Vendido” y no en la ordinaria “Biblioteca Satánica”, otro gallo cantaría.
De lo que se trata es de poner ojo a la intracarrera: que los Raimundos Nenén no tengan que ser apreciados en otros nichos porque por acá se les tilda de orates. Que los Danieles Toros no deban cargar con la cruz de una mala calificación porque no hay mediciones, ni huevos que validen su tesis. Que los Diegos Ibacetas, las Bestias y cualquiera otro futuro mártir del Roma o de la oficialidad, no deban sucumbir ante el arbitrio de un juez con un mal día, o bien,  ante otros sesgos cognitivos de la edad.

9) Confundir la gordura con la hinchazón. En la mañana cuando venía en el auto sthh! se me atravesó un perro. Venía atrasado pero igual me detuve. Era una cagá chica: sthh! patas cortas, 3 pelos en el lomo y rulos de huaipe. Moví el auto justo pero lo pasé a llevar con una de las ruedas traseras. Me bajé como pude sthh! y lo subí al cacharro. En cinco minutos ya estaba en el veterinario y el quilterrier estaba enyesado hasta el cuello wn sthh! No hubo opción y me lo tuve que llevar. Imagínenme: manejando con premura por la costa pero con mi fermoso jamelgo de copiloto. Bueno, hasta que me cagó el asiento y abjurando más que don Quijano, me devolví para entregarlo en adopción… a todo esto: ¿sabían que a mí me decían el martillo cuando cabro? Cabeza chica y el mango largo.

10) Principio de nueva data. La parodia es también un paraodiar.

(aquí el autor, al igual que Balmaceda, pide asilo en la Legación Argentina y se pega un balazo. Después, cobra su seguro de Vida y se va a la Costa Azul a costa de la movida en la Cuenta –secreta- en un Banco Suizo).

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