lunes, 25 de noviembre de 2019

REESCRIBIR LA CIUDAD


“Tal como están las cosas, ya hay unos que ganan y otros que pierden, y si hay un hecho que toda esa retórica pacifista omite con toda comodidad, es que el planeta ya está perdiendo. Olvidan con demasiada facilidad que cuando el planeta pierde, todos perdemos y que en todo caso no puedes hacer las paces con una cultura que está intentando devorarte.”
Derrick Jensen


El hallazgo de un fósil con más de 66 millones de años de existencia, encontrado entre los restos de una batalla coyhaiquina, es la nota freak más significativa de esta rebelión contra el Neoliberalismo. Una rebelión porque el denominador común es el enfrentamiento contra la autoridad que sostiene el sistema económico: Policial, política y cultural. Un fósil usado como arma arrojadiza, lanzada por la mano de la historia, nos indica que debemos salvaguardar la memoria futura de este proceso. Ya no reformar, reinterpretar o reescribir nuestro país sino refundarlo. Debemos entender que la caída de estatuas de personajes de la historia de Chile, de los memoriales a los próceres de la dictadura, de las iglesias cómplices y de los símbolos edificantes de la Patria como la conocíamos hasta ahora, no es azarosa. Tengo la compulsión de decir qué se debería quemar y qué no, pero no lo haré. Los actos de habla se han convertido en acción directa. Pedro de Valdivia, Diego Portales y Dagoberto Godoy han sido decapitados en Temuco y lanzados a los pies de la estatua de Lautaro, que permanece incólume. En Collipulli, Cornelio Saavedra –el  “pacificador” de la Araucanía- fue destruido, al igual que la escultura de José Menéndez en Punta Arenas. En Arica, el monumento a Cristóbal Colón donado por inmigrantes italianos en 1910, también cayó. En la Serena, el monumento a Francisco de Aguirre fue reemplazado transitoriamente por el de Milanka, la mujer Diaguita. Un centenar de monumentos nacionales a lo largo del país han desaparecido.



Todo comenzó en Santiago. La violencia urbana es una consecuencia de la automatización y pérdida del tacto en las ciudades con pretensiones primermundistas.  La refundación de la Plaza Baquedano o Italia como “Plaza de la Dignidad” fue un hecho trascendental. El monumento del General Baquedano, soldado invicto de la Guerra del Pacífico, fue echado abajo luego de 91 años. Sacrificio necesario para el parto de este nuevo Chile. El metro de Santiago, símbolo del progreso chileno y patrimonio del milagro económico, está en ruinas, al igual que el memorial a Jaime Guzmán o los cañones de Maipú.   

En nuestra ciudad, San Antonio de Padua luce consignas esperando que un mejor artista lo baje, el Arturo Prat de la Gobernación perdió los ojos y Hernán Merino fue arrastrado como cajero frente a la Comisaria de Barrancas. Si Tejas Verdes no se ha convertido en un museo de sitio aún, los care-polera quemaron un camión como recordatorio. El puente de Lo Gallardo fue convertido en campo de batalla y los habitantes de las Rocas de Santo Domingo sintieron el temor de esta invasión alienígena contra sus privilegios. En el nuevo acceso luce un mural de la población San Pedro y la principal arteria de Barrancas está plagada de poesía lumpen. Si pudiese adjudicarme algún atentado simbólico sería el cartel de la Pepa Hoffman en la sede de la UDI. Su cara plástica se desplomó de un momento a otro, pero no fui yo, fue un encapuchado.

La ciudad es un conjunto de signos que cualquier analfabeto puede interpretar. Esa es su garantía, la lectura cotidiana a través de la experiencia de habitarla. Tengo la impresión de que una de las soluciones menos discutidas pero más efectivas para esta crisis es el rediseño de las ciudades. Me interesan las historias del cambio de la rutina proletaria, las nuevas rutas de acceso a la ciudad, el instinto de conducir sin semáforos, la repartición de los saqueos en el extrarradio, los relatos colectivos desde la barricada. Celebraré los nuevos murales que vendrán y las liturgias en animitas para nuestros caídos, encendidas con velas y neumáticos. 
  Creo en esta nueva épica que el gobierno viste de antipatriotismo pero que es exactamente lo contrario. Nunca nos habíamos sentido tan chilenos. Aplaudo el retorno simbólico a los guerreros que lucharon contra los colonizadores y la creación de nuevos héroes codificados en lenguaje memético, paródico y humano. La bandera chilena carbonizada, el matapacos como escudo nacional y “Un violador en tu camino” como nuevo himno nacional son representativos de esta crisis y amenazan con trascender porque es improbable una salida institucional a esta crisis. Y quizás es innecesaria. Una crisis como un llamamiento a los escritores de la urbe –fotógrafos, raperos, graffiteros o artistas ambulantes- a relacionarnos directamente con las contradicciones de la vida bajo el prisma de la competencia. Un llamado a construir una justicia simbólica que cierre la interminable transición política de nuestro país.

sábado, 20 de julio de 2019

LOS PORTADORES DEL FUEGO


La conquista del fuego representa para el hombre el primero de sus grandes avances como especie. En el Malestar de la cultura (1930), Freud afirma que el dominio del fuego representa un acto sin precedentes, pues el hombre primitivo por mero instinto extinguía las llamas con su pipí. El primer homínido que decide revelarse contra su propia naturaleza y utilizar el fuego a su voluntad, es quien finalmente inclina la balanza de la evolución y da nacimiento a lo que llamamos cultura. Creo que para que nuestra organización no se muera y podamos evolucionar como cuerpo social es necesario que controlemos el fuego y nuestros instintos. El fuego interno que nos mueve como actores políticos, los instintos básicos de querer cambiar esto, ciegamente.



La palabra fuego proviene del latín focus que designa el sitio donde se calentaba y cocinaba para la familia. De ahí que entender el fuego que nos enciende, nos permita fijar nuestro “hogar”, que proviene de la misma raíz. Un fuego común es la mejor manera de mantener un hogar común. ¿Nos mueven intereses personales y subjetivos o existen visiones de mundo que nos permiten dejar nuestras individualidades de lado? ¿Los conflictos, roces o entreveros entre los integrantes del MUD San Antonio son diferencias ideológicas irreconciliables o solo se reducen a temas de personalidad o estados de ánimo pasajeros? Entender esto y pedir disculpas, entender esto y dejar las diferencias de lado ayudará a que nuestro fuego no se salga de control.

Hoy es tiempo de replegarse por que debemos controlar nuestros instintos y recargar la llama debilitada por disputas políticas, cercos comunicacionales y los fantasmas de años anteriores. Esto no comenzó el 2019. Para cambiar el sistema educacional chileno hace falta más que 1 mes y medio de movilización. Se necesitan décadas de coherencia. Recuerdo el 2006 y un grupo de pingüinos tomándose colegios insignes en San Antonio, recuerdo el 2008 y el jarrazo de María Música, el 2011 y la marcha de los paraguas, besatones y thriller por la educación, el 2014 y el telefonazo a Gajardo, el 2016 y un grupo de estudiantes simulando ser turistas y entrando a la fuerza en la moneda. La conmoción docente tiene  larga data y esta movilización tiene un triunfo ínfimo pero indestructible: la consulta a las bases se impuso como el mecanismo soberano de decisión del movimiento de profesores, en algo así como el último intento en Chile de democracia participativa.


Las ideas sobreviven al frío de la intemperie, cualquiera que haya elegido esta profesión lo sabe. Pero sin luz las ideas pierden el norte. El fuego no sólo sirve para darnos calor sino que también para iluminarnos. De allí, por ejemplo, la importancia del mito de Prometeo: un titán que desobedece a Zeus y roba el fuego para el bien de la humanidad. Por este hecho acepta su castigo con orgullo y es atado en el Cáucaso para que un águila se alimente de su hígado cada día. Una metáfora que postula la rebeldía ante la autoridad como fórmula para alcanzar un estadio superior. Conmoción en el Olimpo que provoca la reacción de Zeus, conmoción en el MINEDUC y la reacción de la ministra. Si hemos de iluminar el futuro y que esa luz en el horizonte no sea la venida de un tren, es que una jornada como esta tenga el objetivo de mirarnos al espejo, de ser implacablemente honestos, de regenerarnos como tejido social para seguir caminando como lo hicimos durante la Marcha de las Luces, iluminando la discusión a cara descubierta en el espacio público. Y sin olvidarnos nunca, claro está, de Prometeo: porque aunque ganemos o perdamos en las próximas elecciones, debemos cuidar el hígado. Aún quedan muchas luchas por venir. 

martes, 14 de mayo de 2019

TRAPECISTAS DEL SONIDO, LA ESCENA DEL TRAP CHILENO. CAP 1: TRAPICHEO CHILENSIS


Yo quisiera poder controlarme
Salir y no colocarme
Quisiera que dijeras la verdad
Y no me vengan a recordarte
Aprovechar de haber estudiado
Que la profesora no me jodiera
Ni me tratara de maleducado
Yo quisiera darte tu parte
No haber pisado nunca la cárcel
Ni tener ficha policial

Cecilio G


   El problema con el Trap es que no alcanza para todos. Drogos, promiscuos y delincuentes. Placer, éxtasis y pompa. El todo o la nada. En el ambiente artístico existe una posición radical frente a este género. La posición de la iglesia de la música análoga, del buen gusto y las buenas costumbres frente a un grupo de pendejos desprejuiciados, llamativos y tecnofílicos. En un principio las parodias virtuales de nuestro país arremetieron con una simplificación infantil (que oculta más de un dejo de admiración). Directamente: la parodia “Tengo dinero” de Saikomic no solo fue su lanzamiento al mundo audiovisual sino que a nivel de visitas, significó el lanzamiento de su carrera como rapero a un público más amplio. El video ya tiene más de 2 millones de visitas. 






Opiniones igual de negativas surgieron dentro de la escena del rap con la publicación de La verdadera droga (2009) de Snif al Weso. La supuesta apología a  la droga (recuerdo un beef indirecto de Portavoz “no hago apología del vicio”), el rap poco ortodoxo y la violencia callejera ocasionaron un cisma similar al que debe haber dado origen al Trap en Gringolandia. Los límites entre el Gansta rap y el trap son difusos. En cuanto al Trap, nació en el fragor de la venta de drogas e inequidades varias en las urbes del sur de Estados Unidos a principios de los `90s y que por allá en el 2010 fue domesticado por la lengua española (para algunos el primer tema de trap fue “El pistolón” de Yaga y Mackie, en el 2007). Si bien en Chile no podemos hablar de trap a secas, con la publicación de La verdadera droga pienso en una superación del Gansta Rap y el establecimiento de un proto-Trap: un disco filoso, que plasma la angustia yonkie con una saturación musical característica, codificado para la nueva generación entre anglicismos, doble tempo, cultura beatnik y la lengua gutural del bajo mundo.





   Si hemos de aceptar el advenimiento de una música sin adjetivos, la aceptación del Trap y sus mecanismos será más fluida. 1er requisito del Trap: no se puede pensar en el Trap sin pensar en sus mecanismos. Lo que equivale a decir que el Trap depende íntimamente de la tecnología: El 808 y los bajos de baja frecuencia, un Hi-hat en ritmo terciario que guía la armonía, una apuesta estética multimodal que expresa la individualidad de cada autor y el autotune como punta de lanza, símbolo de la alianza entre la música y la máquina, son parte de la estructura “formal” del Trap. Nada nuevo bajo el sol de la industria musical. Todo esto se hizo antes pero el impacto social y publicitario que ha tenido en nuestro país, demuestra que estamos entrando en otro estadio de nuestra pacata historia musical.



  2do requisito del Trap. No podemos entender el Trap sin haber entendido el punk. En este momento, cuando los oyentes me deberían lanzar tomates por la barrabasada que acabo de afirmar, me propongo explicar esta afirmación provocadora. Evidentemente, el Trap nació de una costilla, o más bien, de un pedazo de hígado del Rap pero la voluntad de independencia de los traperos y el minimalismo al que aspiran me hace pensar en el germen punk. Solo en ese sentido el trap me retorna al Punk. Creo que el Trap como fenómeno debe leerse a la luz del Punk. En el "házlo tú mismo", en su pretensión artesanal y en su relación directa con la marginalidad. Por el otro lado del espejo, las primeras impresiones del público ante el choque estético y la tirria de cierta masa intelectual contra este desvergonzado sonsonete de bajos del inframundo, también me recuerdan al Punk. Un ritmo que no nació en la miseria de los suburbios de Londres sino en la miseria de los guetos de Atlanta.







EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO:
Pvblito Chill-e



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