Es
casi un absurdo, algo acusadamente ilusorio para cualquier autor pretender
expresar un comentario objetivo cuando hay colores involucrados. Inhabilidad del juez sería lícito
argüir. Aún más, sobre la marcha de un triunfo importante o cuando se trata de
la glorificación del credo con el que se comulga, pareciera siempre más viable
y honesto guardar absoluto silencio.
Sin
embargo, anulado y todo, lisonjero y verboso el papel aguanta mucho. No por eso
serán palabras inconducentes, no por eso la exposición carecerá de crédito.
Cortadas las ataduras y exhibidas las costuras digamos que se pretende hablar de fútbol, de fútbol y literatura. Y claramente lo es: “Leones, la historia de la U más exitosa de todos los tiempos” (2012) de Rodrigo Fluxá y Gazi Jalil, no se remite al mero biografismo, al anécdota o a cuadros estadísticos. Si bien es básicamente una recopilación de 6 historias ejemplares, incluida la de Sampaoli; tiene pretensiones que sobrepasan el mero deseo de vender con la mejor campaña futbolística del último tiempo.
Cortadas las ataduras y exhibidas las costuras digamos que se pretende hablar de fútbol, de fútbol y literatura. Y claramente lo es: “Leones, la historia de la U más exitosa de todos los tiempos” (2012) de Rodrigo Fluxá y Gazi Jalil, no se remite al mero biografismo, al anécdota o a cuadros estadísticos. Si bien es básicamente una recopilación de 6 historias ejemplares, incluida la de Sampaoli; tiene pretensiones que sobrepasan el mero deseo de vender con la mejor campaña futbolística del último tiempo.
Detrás
del librito de menos de 200 páginas, hay una propuesta literaria. Me atrevo a
decir que consecuencia de “Ojos Rojos” (2010) de Juan Ignacio Sabatini, formulan
una estructura ficcional que emparenta la construcción sociológica, esta vez de
las realidades de los jugadores y no del sentimiento popular, con la campaña
épica de un equipo ordenado, multifacético y donde el técnico pasa a ser un
hincha más –otra gran diferencia con la ciudadela-Bielsa propuesta en el
documental. Pero más allá del correlato, llama la atención su fragmentación, la
siembra de indicios al inicio de cada capítulo. La descripción casi
costumbrista de los cuadros de cuna de cada jugador y la reconstitución
minuciosa de los contextos barriobajeros, de los eventos traumáticos, de los cercanos, muertos y vivos, termina por
configurar una sinfonía, un concierto de fuentes testimoniales opuestas: la
historia familiar, el cahuín de pobla, la noticia sensacionalista y la cuña de farandulezca.
De ahí el mérito de los autores, de ahí lo interesante del libro.
Ya se afirmaba días antes de su
publicación, que el mentado no se refería solo a la campaña, sino que, además a
“las historias de los jugadores y [a] los
lugares donde sale el talento en Chile, que casi siempre son poblaciones
conflictivas". En este sentido, los capítulos sobre Charles Aránguiz y
Junior Fernández son una fiel representación. Ambas cruzadas por historias de
esfuerzo, violencia y marginalidad que terminan por pulir, por sobrellevar a lo
largo de su vida deportiva. En contraposición tenemos la historia de Marcelo
Díaz, El antifutbolista, casado con
una abogada y extraño espécimen del circuito chileno, empeñado en hablar bien, en terminar el colegio más que
en abusar de la fama y el lujo que muchas veces conlleva la profesión. Más allá
encontramos la historia del futbolista evangélico, parodiado por la hinchada, excesivamente
criticado por los reporteros años antes; o el relato del talentoso arquero que
atropella a una joven de 22 años, aclarando de paso –detalle no menos polémico-
que el índice de alcohol en la sangre de la víctima era mayor que en la
victimario y que las culpas en el sabido accidente, habría sido totalmente compartidas.
Finalmente,
la introducción hecha por Giorgio Jackson sitúa a la publicación en un
importante momento histórico, tanto en la esfera política estudiantil como en
la deportiva. Es durante estos años en que irrumpió el movimiento social con
más visibilidad a nivel nacional y donde se gana, casualidad o no, una copa
internacional de manera nunca antes vista. Ambos hechos, fruto de años de
trabajo y coherencia histórica que más adelante, quizás, alguien compare con el
impacto que produjo el Colo Colo 73, como lo muestra “Colo Colo 1973. El Equipo Que Retraso El Golpe” del gran Luis Urrutia
ONell.
Recuerdo pocos ejemplos de un cuadro
futbolístico profesional, durante la primera década de este siglo, que más allá
de los resultados, jugara compenetrado, con una identidad particular, volcado al
arco contrario: el Santiago Wanderers del peineta Garcés durante el año 2001, el
buen juego de la Universidad de Concepción del año 2003 con Valdivia como
estandarte, el Colo-Colo del 2006 bajo el sello de Borghi. Ejemplos más,
ejemplos menos, lo cierto es que el libro guarda para la posteridad la campaña
2011-2012 de la Universidad de Chile, para que futuros hinchas, tal vez hijos
de los que actualmente acompañan al romántico viajero, puedan visitar en
conjunto historias de esfuerzo y éxito que a veces el fervor del momento y el escaso
stock de triunfos internacionales del fútbol chileno, quieren ocultar.
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